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Aumento de pecho con implantes mamarios, un compromiso de por vida

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La cirugía mamaria de aumento de pecho, técnicamente llamada mamoplastia de aumento, es la cirugía plástica estética que más frecuentemente se realiza en España y probablemente la que mayor satisfacción genera en nuestros pacientes. El hecho de que sea tan frecuente y que genere tanta satisfacción y tan rápido, sobretodo comparado con otras cirugías como la rinoplastia o la liposucción, donde el resultado definitivo tarda meses en conseguirse y están sujetas a mayores tasas de retoques e insatisfacciones, ha hecho que se tienda a banalizar por el público en general. “Ponerse tetas” parece una moda, un capricho estético como ponerse mechas o teñirse el pelo, y los cirujanos plásticos a menudo nos vemos obligados a rebajar el nivel de euforia y recordar que se trata de una intervención quirúrgica, con sus riesgos (la mayoría estéticos) y sobretodo que lleva asociado un compromiso de por vida. Llevar implantes mamarios dentro de tu cuerpo puede suponer pequeñas molestias de vez en cuando, alteraciones en la sensibilidad del pecho, necesidad de controles ecográficos cada cierto tiempo, la seguridad de que los implantes algún día habrá que cambiarlos cuando se rompan o provoquen contractura capsular y los problemas asociados a los pechos más grandes que bien conocen aquellas que tienen el pecho grande. Vamos a analizar cada uno de esos compromisos para que la decisión de aumentarse el pecho con un implante no sea banal, sino firmemente meditada.

Molestias, dolores ocasionales: Sí, los implantes en ocasiones pueden provocar dolor. La glándula mamaria femenina es una zona de mucha sensibilidad y está sujeta a cambios hormonales constantes. Por tanto, si llevas implantes mamarios, de vez en cuando puedes notar molestias o incluso dolor. La mayoría de las veces esos dolores desaparecen solos, otras veces con antiinflamatorios y otras veces terminamos acostumbrándonos. Cuanto más grande sea el implante que elijas, más probable es que te genere molestias ocasionales.

Alteraciones en la sensibilidad: La sensibilidad SIEMPRE se altera después de una cirugía de aumento de mamas (bueno, casi siempre). La mayoría de las veces se pierde sensibilidad en algunas zonas del pecho, la zona inferior y lateral. Rara vez se pierde sensibilidad en el pezón, pero puede suceder. Otras veces se produce hipersensibilidad en otras zonas del pecho. Generalmente la hipersensibilidad desaparece sola, pero como vimos en el punto anterior, de vez en cuando puede reaparecer en forma de dolor. Si para ti la sensibilidad de tu pecho es sagrada y no estás dispuesta a perder absolutamente nada, deberías reconsiderar otras opciones (no operarte, lipofilling si tienes grasa…).

Controles ecográficos: Los implantes hay que controlarlos. Actualmente no hay una guía médica absoluta sobre cómo y cada cuánto. Personalmente recomiendo ecografía mamaria cada dos años. Las ecografías mamarias electivas no están incluidas en el catálogo de la seguridad social.

Las prótesis se rompen: ¡sorpresa! Sí, los implantes mamarios se rompen con el tiempo. Tradicionalmente se consideraba que un implante que había alcanzado los 10 años de vida había cumplido con las expectativas de sobra. Hoy sabemos que el 85-90% siguen con sus implantes intactos después de 10 años. ¡Atención! Eso significa que de un 10 a un 15% de las mujeres se les rompen un implante antes de los 10 años. No obstante, incluso intactos, los implantes pueden envejecer dando rippling, luciendo más caídos, quedarse altos debido a una contractura capsular o quedarse desfasados en tamaño (“ahora quiero más”, “ahora quiero menos”…). Por esa razón es tan raro encontrar a mujeres que lleven más de 20 años con los mismos implantes.

Contractura capsular: Siempre que llevemos un cuerpo extraño dentro de nuestro organismo existe la posibilidad de que el cuerpo reaccione contra él inmunológicamente mediante una contractura capsular. Una contractura capsular perfectamente puede aparecer a los 3, 4 o 5 años de llevarlas puestas.

Problemas asociados al pecho grande: Aquella mujer que de manera natural a los 16 años tiene el pecho grande, a los 30 años muy seguramente lo tendrá caído. Por tanto, los implantes también pesan y también pueden caer con el tiempo.

RESUMEN

  • Llevar implantes genera muchas satisfacciones pero también supone un compromiso de por vida, incluso desde el punto de vista económico. Si estás pensando aumentarte el pecho deberías valorar que el coste económico es mucho mayor que el de la intervención quirúrgica (ecografías, revisiones anuales, reintervenciones…) y que seguramente volverás a pasar tarde o temprano por un quirófano.

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