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Aumento de pecho y fitness

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Hoy vamos a hablar de una de las cirugías que más realizamos, el aumento de pecho en mujeres practican fitness, culturismo, crossfit, artes marciales o en general, cualquier otro deporte que involucre la musculatura del torax y los brazos (tenis, padel, etc…). Para aquellas mujeres apasionadas del deporte que desean someterse a un aumento mamario, tanto la propia cirugía como la potencial debilidad pectoral asociada son una fuente importante de preocupaciones.

La vida deportiva no tiene porque cambiar tras este tipo de cirugía, siendo igual de compatible el aumento mamario en mujeres que hacen esfuerzos deportivos en su vida diaria.

Las mujeres que hacen mucho deporte pierden grasa corporal. Uno de los primeros sitios donde se pierde grasa es en el pecho, lo que justifica por qué tantas mujeres deportistas acaban necesitando prótesis mamarias.

El aumento mamario es una cirugía que se realiza mediante una incisión mínima realizada por el surco submamario, por la areola o por la axila, siendo la técnica más habitual la del surco submamario. A través de la misma, se diseña un bolsillo subglandular (por encima del músculo pectoral mayor) o bien subpectoral (por debajo del músculo pectoral mayor) para la implantación de la prótesis.

¿Qué plano es mejor en mujeres deportistas, subglandular o subpectoral?

Para responder esta pregunta primero repasaremos rápidamente la anatomía del músculo pectoral mayor. Se trata de un músculo que se origina a nivel de las costillas, esternón y clavícula y que se inserta en el húmero (en el hombro) para dar movilidad en los movimientos de aducción del brazo. En general, se trata de un músculo que trabajamos con ejercicios de press de banca o apertura de mancuernas, ejercicios en los que acercamos los brazos hacia el cuerpo o en los que estiramos los brazos contra resistencia.

El musculo  pectoral tiene tres orígenes: clavicular, esternal y costal (abdominal). Para la disección del bolsillo subpectoral la única zona que se despega es la parte más inferior del músculo, que hemos marcado con un circulo negro. Lo hacemos así para evitar movimientos de la prótesis durante la contracción de este músculo. Por tanto, podemos deducir por lógica que el daño que se hace sobre el músculo es mínimo. La mayor parte de la fuerza, sino toda, se encuentra en las porciones clavicular y esternal. No sólo lo creemos, sino que encontramos estudios científicos que demuestran la despreciable afectación muscular:

Por tanto, mi recomendación es que la colocación del implante sea SUBPECTORAL.

Las razones por la que nuestra elección para que el aumento mamario sea subpectoral son:

  • ¡RIPPLING! Las prótesis presentan ligeras ondulaciones debido a la consistencia del gel. De lo contrario, si el gel fuera muy duro y extremadamente viscoso el tacto del implante sería muy duro y el resultado sería muy artificial al tacto y a la vista. Esto implica que, para que esas ondulaciones no se noten, la prótesis debe estar cuanto más profunda y más cubierta mejor. Además, sabemos que el peso que una prótesis ejerce sobre la glándula supone una atrofia progresiva de los tejidos. Esta atrofia o escasez de grasa y glándula es aún mayor en pacientes deportistas que ejercitan mucho el musculo pectoral, por lo que la posibilidad de rippling es aún mayor.
  • Menor índice de contracción capsular: uno de los problemas asociados al aumento mamario, es la posibilidad de contractura capsular, situación en la que la prótesis adquiere una consistencia pétrea por la generación de una cápsula gruesa. Esta situación es más frecuente por contaminación de la glándula por bacterias que habitan en los conductos galactóforos ( de la glándula mamaria ) por lo que los implantes que queden cercanos a estos tienen mayor riesgo de contractura.

¿Qué tipo de implantes, redondos o anatómicos?

Como es sabido, las prótesis anatómicas tienen un riesgo añadido de rotación. Para evitar la rotación es necesario hacer un bolsillo quirúrgico adaptado a la anchura del implante, y viceversa, seleccionar un implante de una anchura adecuada para el bolsillo que vamos a crear. A pesar de una buena elección del implante y de una adecuada técnica quirúrgica, las mujeres que ejercitan intensamente el músculo pectoral someten las prótesis a una presión constante que puede ensanchar el bolsillo (hacer más ancha la cápsula periprotésica). Por esta razón decimos que el riesgo de rotación del implante anatómico es mayor y  se suele recomendar prótesis redondas. No obstante, en casos seleccionados, en nuestras manos, las prótesis anatómicas FULL de altura también son una excelente opción, ya que debido a su forma ovalada- alargada quedan más encajonadas y rotan menos.

¿Qué ejercicios puedo hacer en el gimnasio tras una cirugía de aumento de pecho?

Para la recuperación tras la cirugía y la vuelta a la actividad deportiva nuestras recomendaciones serían:

  1. Reposo la primera semana tras la cirugía. Durante este periodo es necesario evitar incluso movimientos forzados de los brazos para ayudar a una adaptación de la prótesis y favorecer el proceso de cicatrización.
  2. En la segunda semana se puede empezar con ejercicios de pierna (sentadillas) así como elíptica suave
  3. Al mes se pueden hacer la mayor parte de ejercicios de musculación, excepto los que afectan directamente al músculo pectoral. Desde el primer mes la paciente podrá iniciar una actividad deportiva, evitando aquellos ejercicios que impliquen movimientos del músculo pectoral como son las flexiones o máquinas destinadas a su activación. Ejercicios aeróbicos y aquellos anaeróbicos que potencien otros grupos musculares podrán ser, por tanto, reiniciados
  4. A partir del tercer mes, la actividad podrá ser completa, intentando empezar progresivamente para volver a adaptar al músculo pectoral a la situación previa a la cirugía.

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